Contrarios poderes

Queridos tertulianos.

Después de la insistencia de Pepejar para participar en este magnifico foro, creado para dar luz acerca de algunas de las realidades translúcidas de nuestro mundo, por fin encontré un momento para participar. Hasta ahora nos habéis ilustrado con ejemplos de utilización de los poderes contrarios por palabra (este partido ya está acabado, gooool, penalti es gol y su contraria: lo va a parar, etc.) y obra (hacer un gesto de victoria, corte de mangas, irse de un estadio antes de tiempo –véase p.ej. final de champions Bayern – Manchester y final liga de basket de hace unos años Tau – Madrid donde el Madrid remontó 7 u 8 puntos en 30 segundos, etc. pero echo en falta el de omisión (cuando tú no provocas un poder contrario ni por palabra ni por obra, automáticamente estás dejando ese evento a su suerte (ya hablaremos de esta importantísima palabra otro día) y a los poderes contrarios de otros, es decir, sin querer queriendo estás ejerciendo un poder contrario.

Bien, pues como habéis visto, firmo esto que escribo como Llukic, derivado del nombre de un jugador masacrado en algunos casos e injustamente recordado como de mal recuerdo por su “cagada” en aquel penalti del Dépor. Y ahí entra en juego el poder contrario, según mi opinión, más ambiguo que existe. ¿Os acordáis de aquella frase de un colega “Mi presencia da lugar al absurdo”? Bien, pues esto es lo mismo, pero “Mi presencia o mi no presencia da lugar al poder contrario”. Esta es mi teoría sobre el presente:
Cuando ya eres un tipo enjaulado por la droga de los poderes contrarios, adquieres un poder del que no eres consciente del todo que puede traducirse de varias formas. Muchos conocéis la mía. Si yo me voy a la cocina de mi casa, automáticamente hay gol, no sé de quién, pero tiende a ser de tu equipo (quizás porque en el premio del gol de tu equipo está el castigo de no verlo en directo). Este poder tengo que dominarlo mejor, pero es de unas dimensiones tremendas.

Otro ejemplo y de este sabe bien el didi, tu vas escuchando la radio y tu equipo va ganando un partido por 4-0 en la primera parte. Lo están echando por la tele y tú te cagas en los muertos porque no estás, no lo estás viendo, pero vas llegando a tu casa o a la del que sea y esperas ver al menos algún gol más. Craso error. Un pedazo de mierda pa ti. Ya no se moverá el puto marcador. Como mucho marcará el equipo contrario el 4-1, que será un gol de churro en no antes del minuto 89 y lógicamente porque el comentarista dirá que esto ya está acabado.

Pero todos estos ejemplos de poder contrario por presencia o no presencia, que son una variante de los de obra, no son nada en comparación a aquel suceso que vivimos con un amigo nuestro de Tarifa que salía para no ver una jugada decisiva, pero que entró antes de tiempo, antes de que sucediera aquello, cambiando el rumbo un par de veces de las cosas y la historia de nuestro fútbol. Os acordáis?, pues venga, que lo cuente otro completamente.

Comentarios

  1. impresionante entrada, no es para menos, pero hay que seguir indagando en las teorias coco, caca dentro de las ramificaciones de los poderes contrarios

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares